El clásico de la chica pobre que quiere ser rica

Cuando se quiere contar una historia conocida, con una fórmula repetida, lo mejor es hacerlo de modo simple y transparente. Así se presentó en la televisión argentina El secreto de Feriha, la telenovela turca que en su país se estrenó en 2011 y que se paseó con éxito por Rumania, Perú, Croacia y Afganistán, entre otros lugares. Emitida por Telefe a las 15.30 -irá de lunes a viernes-, la historia plantea el amor entre una chica pobre y un muchacho rico. En el medio, un castillo de mentiras construido por ella, que en algún el género derribará.

Lo mejor del capítulo inicial giró en torno a la sencillez del argumento, sin eufemismos y con todos los lugares comunes ubicados a la vista. Eso no la convierte, al menos por lo visto hasta ahora, en una tira más, sino en una novela que cuenta lo de siempre con sus toques particulares. Con la belleza de Estambul como telón de fondo, por ejemplo.

Con la carita encantadora de Hazal Kaya -que también fue la protagonista de El precio del amor y tuvo un papel en Amor prohibido, donde hacía de Nihal-, El secreto... enfrenta dos mundos sociales opuestos, con el condimento de que uno de ellos oficia de submundo del otro: porque la familia de Feriha (Kaya) vive en la portería de un edificio elegante de un barrio rico de Estambul. Allí se entera de que acaba de ganar una beca para estudiar en una universidad privada.

Y, el día que pisa por primera vez la facultad, su vida cambia para siempre, no sólo por obra y arte del destino, sino por su cuestionable imaginación. Cuestionable en términos de ética.

Criada con una estructura de valores que su padre machaca, supuestamente, con más prepotencia que sabiduría, la chica sueña con un universo que le es ajeno: el primer episodio la movió por el amplio abanico que va de la humildad -y la aceptación de vivir como su familia puede- a la ambición desmesurada de pretender lo de su entorno. Eso lo descubre cuando llega a la universidad y confirma que su realidad no es la que la rodea. Y a ella rodearse, nomás, no le alcanza: quiere ser parte de ese escalón, para el que le falta transitar varios peldaños.

Mientras presenta la pretensión de Feriha, la trama le cruza al que será -según indica el manual teórico de las telenovelas- el amor de su vida, que asoma más como imposible que como candidato. Emir Sarrafoglu, interpretado por Çagatay Ulusoy, es el chico guapo, ganador, irresistible de la facultad, que sale en las revistas y del que se dice que “tiene una colección de chicas”. Y que “es el príncipe de la vida nocturna”. Un cruce de miradas, apenas comenzado el capítulo, alcanzó para entender que Emir quedó flasheado con Feriha.

Y, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de las ficciones argentinas, los protagonistas tienen contacto de entrada: a las 15.55 ya sonó el “Soy Emir”, “Feriha” y un fuerte apretón de manos que siguió con un mínimo accidente de auto (él se la llevó por delante y le rompió el celular), una salida vespertina, un aventón hacia la casa y el hilván de mentiras de la señorita para hacerle creer a él que ella es de clase alta. Las miradas de ambos ya reflejan lo que se viene.

El punto es saber qué sucederá cuando Emir sepa la verdad. Para eso falta, porque el ABC de la telenovela también sabe de tiempos largos para cambiar el rumbo.

EL DATO: El estreno de la telenovela turca tuvo un pico de rating de 8,4 puntos, en la medición del “minuto a minuto”.