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Primer elemento obvio, la figura comn a toda la serie es una figura humana, con un
aspecto no-caucsico o amerindio es lo menos que se puede decir (a pesar de ser una
manera bastante vaga de comenzar, es una mejor opcin que decir aspecto peruano, pues
eso slo creara dificultades en nuestro anlisis). Una descripcin lingstica general de los
cuerpos humanos representados sera: piel marrn/ bronce 4, cabello negro, ojos oscuros
o negros, narices redondeadas, y labios gruesos
5
. Las edades y gnero varan, pero se puede afirmar que no hay nios, ni infantes en
ninguna de las fotos de esta serie. Hombres y mujeres, jvenes y ancianos estn presentes
en esta muestra de las fotografas de Silva.
El segundo elemento figurativo recurrente es el animal, que ests siempre presente en todos
estos retratos; desde peces (en muchas imgenes y de diferentes especies), araa, caballos
(o cabezas de caballo),
pelcano, cndor y llama
estn en estos encuadres
fotogrficos. Estas presencias
animales tambin tienen en
comn otro aspecto
importante, estn muertos, es
decir, que su rigidez en la
imagen no es una pose a la
cual se somete al animal al
momento de la produccin
fotogrfica, sino que se trata
de animales muertos (los
peces fuera del agua estn,
indiscutiblemente, muertos;
las cabezas de caballo, la Rostro con peces Shipibo Conibo, Pucallpa, 1996
6
Donis A. Dondis. La Sintaxis de la Imagen. Introduccin al alfabeto visual. 11va. Edicin. Barcelona.
Editorial Gustavo Gili. 1995.
Criatura Hbrida - Fusin
(Es tanto humana como animal)
Humano Animal
No-animal No-humano
Para esta esta interpretacin mitolgica del trabajo de Javier Sivla, hemos elegido algunas
imgenes que convocan desde el ttulo la tradicin mitolgica occidental, (La Sirena,
2002, y Viejo Angel, Pucusana, Lima 2002), ms adelante veremos otra foto que no tiene
ttulo tan significativo (Anaconda, Iquitos, 2003)I
Criatura
Pez Sirena Humano
Aspectos
Dominio /acuoso/ /acuoso/+/terrestre/ /terrestre/
Jerarqua /inferioridad/ /superioridad/ /inferioridad/
/divinidad/
Caracteristicas
/animalidad/ /animalidad/+/humanidad/ /humanidad/
inherentes
/natural/ /sobrenatural/ /natural/
De acuerdo a la mitologa griega, las sirenas eran Naiadas, un tipo de ninfa que rige y
gobierna y habita las fuentes, riachuelos, vergeles, y manantiales; de la misma manera en
que los dioses de los ros se hacen cuerpo en los diversos ros, incluso en el modo en que
antiguos espritus habitan las aguas quietas de los pantanos, pozos, lagunas y lagos. As,
siguiendo la tradicin griega, se puede afirmar que la sirena de Silva es una ninfa del ro de
la selva tropical, o una ninfa de laguna; ya que por la evidencia visual en la fotografa, no es
posible determinar si el agua de la cual emerge nuestra Sirena es un ro, una cocha, un
pantano, o un lago.
En muchas culturas nativas en lugares de selva tropical los ros (al igual que las criaturas de
los ros como cocodrilos, serpientes y peces) son objeto de divinizacin, debido a que el
estilo de vida de ese grupo humano est organizado alrededor del ro como medio de
supervivencia (comida) y transporte (casi toda la comunicacin con otras comunidades se
hace va fluvial), por lo tanto toda la vida gira en torno al ro (incluso las inundaciones).
Si bien los peces no son la nica fuente de alimento en la selva tropical, son sin duda, la
fuente ms abundante y fcil de conseguir, as que ms all de la mitificacin o
mistificacin del ro o de los peces, ambos son evidentemente una parte fundamental de sus
vidas diarias, y de su relacin con el entorno como cultura y como individuos.
Las principales diferencias de la sirena de Silva son, para empezar, que esta representacin
femenina est lejos de la belleza occidental femenina, y por otro lado, la sirena no tiene
cola de pez, sino un vestido de peces. Rpidamente, dos interpretaciones surgen
inicialmente, la sirena es la forma humana del espritu del ro y de los peces vieja y
sabia (existe una conexin cuasi-universal que relaciona la vejez con la sabidura); o la
sirena es simplemente una dama nativa entrada en aos, que representa (incluso sin
proponrselo) a su gente, en una relacin estrecha con aquello de lo cual depende (el agua)
y con su alimento cotidiano (los peces). Esta ltima interpretacin est conectada ms con
lo cotidiano, y las actividades comunes y diarias de las gentes de la selva tropical, donde
pescar, cocinar y comer pescado es tan comn como tomar el bus, el tren o el metro para las
gentes de las grandes ciudades.
Tal como la sirena, la figura del hombre-ave es tambin una representacin casi universal
en diferentes mitos y tradiciones en el globo. Y otra vez, la figura tiene una fuerte carga
semntica de /divinidad/ asociada. An ms interesante que la sirena, el ngel tiene una
relacin ms cercana con las divinidades de arriba, superiores, o con El dios. En la
estructura cristiana, los ngeles son mensajeros y fieles sirvientes, tambin guas y
protectores de los humanos (no olvidemos el rol de ejecutor de castigos, que asumen los
ngeles al final del mito de la Cada del hombre en el pecado original, los ngeles son
guardianes del paraso que luego de la desobediencia, queda prohibido para el humano).
Aparte del ngel celestial o espiritual en la imagen de Silva, impuesto parcialmente por
el nombre de la fotografa, existe otra lectura mitolgica importante por revisar. sta se
refiere estrictamente a las figuras animales en la imagen, el pelcano y los peces en su
yuxtaposicin con el humano, aparece otra lectura que se le puede imponer a la imagen. Se
trata esta vez de una criatura hbrida con cuerpo y cabeza humanas, alas y cabeza de
pelcano y un cuerpo de peces; criatura ms animal que humana y no necesariamente divina
o celestial. De cualquier forma se trata de una nueva especie hbrida, una que puede estar
en los cielos, en la tierra y en el mar, casi de la misma forma que un pelcano puede volar
sobre la costa y el mar, tocar el mar (comer peces), o incluso la posibilidad de que una parte
de su cuerpo permanezca en el agua..
Criatura
Pez Humano Pelcano ngel
Aspecto
Dominio
/acuoso/ /terrestre/ /areo/ + /marino/ /marino/+/terrestre/+/areo/
Jerarqua
/inferioridad/ /inferioridad/ /inferioridad/ /superioridad/
/celestial/+/espiritualidad/
Caractersticas
/animalidad/ /humanidad/ /animalidad/ /animalidad/+/humanidad/
Inherentes
/natural/ /natural/ /natural/ /sobrenatural/
De otro lado, el pelcano por s solo tiene simbolismos notables. En el saber popular
antiguamente fue estigmatizada como un ave codiciosa y traicionera, e incluso en la
tradicin hebrea es un emblema de desolacin; no obstante en la tradicin europea
medieval se le conoci como modelo de amor maternal y devocin, a veces tanta que se
deca que mataba a sus cras por ahogo o por golpearlas con sus alas y luego de llorar sus
cras por tres das, les devolva la vida con sangre que era sacada del pecho (es decir, la
madre se haca una herida y de ah daba a beber a sus cras muertas). Esta figura literaria
fue usada por los cristianos medievales como smbolo de la resurreccin cristiana, al punto
que Dante llam a Cristo nuestro pelcano8. Adems, no podemos dejar de lado el hecho
de que el pez es tambin un conocido smbolo cristiano, originado en un anagrama que
resume el centro del dogma cristiano 9. En esta lnea de reflexin la imagen de Silva podra
ser una ingeniosa simbologa total de Cristo, la humanidad y el dogma cristiano.
Pero creemos que el pelcano en la fotografa de Silva est lejos de representar o invocar al
pelcano cristiano, no hay seales en la imagen de sangre, herida o de las cras del pelcano.
No obstante, si las figuras son consideradas por separado, y asumimos la dependencia del
humano al pelcano (puesto que, como mencionamos antes, el pescador depende del
pelcano para un buen da de pesca), se puede llevar la lectura de la imagen hasta decir que
el humano es (parcialmente) una suerte de cra que el pelcano est alimentando. En este
sentido (limitado ciertamente) el simbolismo cristiano es til para entender otro tipo de
relacin que se establece entre las figuras criaturas de la fotografa.
8
Dante Alighieri. La Divina Comedia. Madrid. Ediaf, 1989. Canto XXV: Es ste, quien yaciera sobre el
cuerpo de nuestro pelcano, y ste fue desde la cruz propuesto al gran oficio.
De otro lado, la Iglesia confiesa esta fe con las palabras de santo Toms de Aquino, implorando: Pie
Pellicane, Iesu Domine, me immundum munda tuo sanguine, cuius una stilla salvum facere totum mundum
quit ab omni scelere
(Seor Jess, bondadoso pelicano, lmpiame a m, inmundo, con tu sangre, de la que una sola gota puede
liberar de todos los crmenes al mundo entero); tomado de la pgina web Conocereis de Verdad:
http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=5322. Visitado el 4 de Marzo de
2008.
9
Pez en griego se dice IXTHUS. Con las letras iniciales de esta palabra los cristianos de los primeros siglos
formaron un acrstico, que rezaba Isous Xhristos Theou Hyios Soter (Jesucristo, de Dios el Hijo, Salvador).
Iesous = Jess, Xristos = Cristo, THeou = de Dios, Uios = Hijo, Soter = Salvador
texto
Foto de Silva Mito del Pelcano Salvacin cristiana
rol
Los elementos ausentes (la mujer desnuda, la representacin de un ngel y su gesto final de
expulsin) podra poner este mito lejos de la lectura de Anaconda. No obstante, los
elementos figurativos comunes (naturaleza, hombre desnudo, serpiente) son suficientes
para sugerir un aire de familia visual entre la cada y expulsin y Anaconda. La
desnudez y la naturaleza sugieren con fuerza una armona entre el hombre y la naturaleza10.
Claro est, que en el mito bblico esta armona se pierde, mientras que en la fotografa de
Silva la armona esta presente (o se ha reencontrado?), pues la serpiente no es ah una
malvada manipuladora, sino simplemente un animal, y representa lo natural.
De otro lado, en busca de otra lectura mtica con elementos figurativos similares (humano
desnudo y serpiente), es posible encontrar un mito que tiene incluso otro elemento en
comn, esto es, uno postural, el humano sosteniendo una serpiente con sus brazos y
alrededor suyo; esta comparacin nos puede llevar otra interesante comparacin intertextual
de naturaleza icnica:
10
Recordemos que los primeros espaoles en llegar al Nuevo Mundo atribuyeron aspectos de paraso
perdido al mundo de los indgenas que ellos encontraron en las islas caribeas. Varios siglos despus el pintor
Gauguin encontr (y pint) un paraso similar (humanos desnudos en medio de la naturaleza) en las islas de
la Polinesia.
Una vez ms, existen elementos diferenciadores entre ambas representaciones visuals,
nuestro indgena desnudo no est luchando o gritando como Laocoonte lo hace, ni est
protegiendo a sus hijos. De otro lado, el detalle seleccionado de la fotografa de Silva deja
de lado (deliberadamente para esta comparacin) el ambiente natural que lo pona cerca del
mito ednico, y, al tomar el fondo blanco se acerca a la representacin de Laocoonte.
11
La escultura de Laocoonte es atribuda a los escultores de Rodas: Agesandro, Atenodoro y Polidoro.
o quiz Poseidn12) castigaron a Laocoonte para evitar que los troyanos se percaten del
engao y enviaron serpientes marinas para matarlo a l y a sus hijos.
As, frente a estos tres mitos con notables similitudes visuales, una comparacin
intertextual se puede proponer en tres diferentes niveles. Luego pasaremos a explicar de
qu modo Anaconda produce una contrariedad con los otros dos mitos, particularmente en
el nivel narrativo.
Texto
Mito
12
En la Envida de Virgilio, el rol de Laocoonte es el del sacerdote que advierte a los troyanos del riesgo de
aceptar presentes de los griegos. En torno a las circunstancias de su muerte, los textos antiguos no se ponen de
acuerdo. Probablemente el autor que precis ms las razones del castigo que sufre Laocoonte fue Quinto de
Esmirna, poeta pico que relata en ms de 12 libros Posthomricas la continuacin y detalles de la guerra
de Troya, quien seala la muerte del sacerdote mientras haca un sacrificio a Neptuno. Y finalmente, otro
poeta an ms desconocido, Euforia de Calcis, seala que se trata de un castigo de Neptuno por una grave
falta.
13
La intertextualidad es una relacin entre dos o ms textos que se citan o aluden el uno al otro, o se conectan
de alguna manera. En el trabajo de Roland Barthes, la intertextualidad es el concepto que explica cmo el
significado de una de arte no reside en la obra misma, sino en los espectadores. En el trabajo de Julia Kristeva
(quien acu el trmino en su obra de 1966 ..) la intertextualidad sugiere la interdependencia de textos, y el
continuo diferemiento de sentido y significados a travs y entre los textos. De otro lado, tenemos que: Le
terme d'intertexte, considr d'abord comme une notion pr-thorique, dsigne, sommairement, un objet
culturel, voire mme certaines de ses composantes. La cration, la forme et les modes spcifiques de
signification d'un tel objet (littraire, thtral, filmique, mdiatique, pictural, etc.) prsupposent des donnes
prconstruites, dont la forme se manifeste ou peut tre comprise comme un texte. Entrada intertextualit
elaborado por Hans Ruprecht (2006) en DITL, Dictionnaire Internationale de Termes Literaires. En :
www.ditl.com . Visitado el 4 de Marzo de 2008.
De la mitologa a la ecologa
A pesar de las simlitudes figurativas, en niveles ms profundos las diferencias hacen de esta
triple comparacin una oposicin, y finalmente podemos organizar los mitos como
manifestaciones de diferentes trminos de un cuadrado semitico (particularmente en
referencia a la oposicin contrato-conflicto). El nivel narrativo revela que la diferencia
es la de una oposicin clara entre Laocoonte y Anaconda, pues el primero muestra el
puro conflicto (humanos contra la serpiente) 14 mientras que el ltimo muestra un contrato
natural de convivialidad. El caso del mito del Edn, es un poco ms complicado, debido a
que el mito construye una armona inicial (hombre Dios naturaleza) que es rota por la
infraccin (pecado original) esta desobediencia es castigada con la expulsin del Edn
(naturaleza), si bien lo central es la ruptura de contrato entre Dios y la humanidad, existe
una consecuencia evidente de esta separacin, y es que el hombre se separa de esta relacin
idlica con la naturaleza (el Edn), y desde ese momento la humanidad ya no vive
fcilmente de los frutos de la tierra, sino que debe obtenerlos con el sudor de su frente.
Este mito se puede ubicar tambin en el cuadrado semitico antes propuesto, de la siguiente
manera:
14
Por supuesto que estamos tomando la imagen de Laocoonte un poco fuera de la leyenda que representa. Pero,
si en efecto la muerte de Laocoonte fue un castido de Poseidon, el dios de los mares, se sigue (sin mucha
elaboracin) que Laocoonte fue muerto y castigado por la naturaleza. Ya sea considerando a las serpientes
marinas aisladas (naturaleza), o su orgen poseidnico, Laocoonte lucha contra la naturaleza y muere a
mano de ella.
En otras palabras, en la relacin que se puede establecer entre estos tres mitos, la fotografa
Anaconda puede representar un estatus inicial ednico natural previo a la cada de
la humanidad, mientras que Laocoonte es capaz de representar un conflicto entre el hombre
y la naturaleza.
Por supuesto, que este ejercicio de intertextualizacin de mitos no queda al azar o la suerte,
se funda en la continuidad de los mitos y los relatos en diferentes culturas, y en la
universalidad de algunos valores semnticos fundamentales (vida muerte, natura
cultura, masculino femenino, entre otros). La relacin del ser humano con su medio
ambiente es un aspecto fundacional de las culturas humanas, cosmologas y cosmogonas
mticas y religiosas tratan de establecer una relacin, y finalmente una jerarqua entre
hombre y naturaleza.
Los recorridos posibles en el cuadrado semitico anterior, se convierte en una
reconstruccin mtica de la relacin que el ser humano sostiene con la naturaleza. La
civilizacin occidental ha concebido su relacin con la naturaleza sobre la base de la
superioridad humana para gobernar y dominar sobre la tierra, y el derecho de la especie
humana (concepcin judeo-cristiana del hombre como la cumbre de la creacin y como
imagen de Dios, incluso el relato del Edn nos dice que el hombre debe enseorearse y
dominar sobre la creacin15) para explotar y usar los recursos naturales sin proponerse
lmites (incluso de considerar a los animales como mquinas sin ningn tipo de alma16).
No es tampoco una casualidad que el personaje que rechaza esta inclinacin de casi todos
los pueblos del planeta, el nico pas que no ha ratificado el protocolo, Estados Unidos de
Amrica, sea tambin el mayor contaminante del planeta y una de las economas ms
industrializadas en el orbe. La no ratificacin de este acuerdo internacional, simplemente es
el reflejo una ideologa que se resiste a desaparecer y que consolida su predomino,
15
El professor MacAuley critica a Arendt cuando ella afirma que la nocin del hombre como seor de la tierra
es una caracterstica de la edad moderna (H. Arendt. La Condicin Humana. Barcelona. Seix Barral, 1974,
Pgina 130), a lo cual MacAuley responde que el dominio humano y la dominacin sobre la Tierra es mucho
ms antigua y ms profundamente enraizada de lol que indica esta afirmacin (la de Arendt), y segundo,
existen muchos pasajes en la Biblia que establecen o proponen al hombre como seor de la Tierra. David
MacAuley (Ed.).Minding Nature: The Philosophers of Ecology. Guilford Press. New York. 1996. Pgina 115.
Ver tambin: Jeanne Kay, Concepts of Nature in the Hebrew Bible En: Environmental Ethics. 10, no. 4
(1988): 309327.
16
Ren Descartes. El Discurso del Mtodo. Madrid. EDAF, 1988. Parte V. Pginas 26 37. En todo caso, sera
injusto culpar nicamente al cristianismo de la ideologa de la supremaca de la especie humana entre los seres
vivos.
ideologa de dominacin de la naturaleza, ideologa de preeminencia de la especie humana
(y de sus intereses) por encima de su entorno y de cualquier otra especie.
Es curioso tambin, que algunos grupos ecologistas aprovechen la notable violencia en los
ltimos aos de determinados fenmenos climticos, para afirmar que la Naturaleza se est
vengando del abuso y uso indiscriminado de recursos. Y, ultimadamente, dejar que esta
explotacin contine puede conducir (si es que no lo ha hecho ya) a daar los recursos
planetarios hasta agotarlos, y eventualmente inhabilitar al medio ambiente, al punto de
hacer insostenible la vida en cualquiera de sus formas.
Este ttrico panorama (propuesto por muchos ecologistas 17) es una imagen contempornea
de Laocoonte, la humanidad atacada (castigada?) por los elementos naturales. Se dice en
los medios noticiosos de modo habitual que una tormenta esta atacando una determinada
regin, o que una ola de fro no da tregua. Aqu, un ejemplo excepcional tomado de la
CNN en relacin al desastre del sur de Estados Unidos despus del Huracn Katrina,
donde se pone en evidencia el modo en que el lenguaje comn y el saber popular se refiere
a los fenmenos naturales destructivos:
17
El ms conspicuo representante de este grupo de ecologistas es James Lovelock, que curiosamente, ha
titulado su ltimo texto: The Revenge of Gaia (La venganza de Gaia). Basic Books, Londres, 2006. Si bien
Lovelock seala con apasionamiento el peligro real e inminente para el planeta y la especie humanas, la
comunidad cientfica responde con escepticismo a sus advertencias. Lovelock tampoco es un filsofo, ha sido
sobretodo cientfico e inventor. La pgina web del autor contiene gran cantidad de informacin sobre el tema:
http://www.ecolo.org/lovelock/. Visitada el 5 de marzo de 2008.
18
CNN News. http://www.cnn.com/2005/US/09/21/schuster.column/ . Visitado el 4 de marzo de
2008.
Para el ser consciente primitivo todo tiene vida. An las aguas,
las rocas, el fuego, el aire, poseen cualidades de seres vivientes,
por lo tanto voluntad, y son capaces de entremezclarse con los
acontecimientos biopsquicos como si fuesen unos participantes
ms, con intereses, deseos e intenciones al igual que el ser
humano19.
Esta estructura de la creencia antigua es la base de una relacin sujeto sujeto con el
medioambiente, y no una relacin sujeto objeto que es una de las claves del
pensamiento y civilizacin occidental. Con el otro-sujeto se puede llegar a acuerdos,
contratos, y negociaciones; con el otro-objeto no hay acuerdos, slo una funcin de
objetivacin del otro para convertirlo en un otro dominado y sujeto al gobierno y deseo
del yo-sujeto. En el pensamiento de los pueblos primitivos, y desde una pertinencia de la
enunciacin, siendo la humanidad una posicin enunciativa Yo, a la naturaleza se le
otorga la posicin de dilogo Tu. De otro lado, en la visin occidental, la humanidad sigue
siendo un Yo enunciativo, mientras que a la naturaleza se le impone el lugar de El; de
aquello que no habla ni puede convertirse en Tu.
El regreso al orgen
Herclito fue uno de los primeros pensadores en el mundo en afirmar la constancia del
cambio, es decir, que el universo y todos sus elementos y componentes cambian y se
transforman constantemente, y si el recorrido (evitemos decir desarrollo o evolucin) de
la especie humana en este planeta lo ha llevado a un evidente conflicto con la naturaleza, el
recorrido podra eventualmente llevar a un nuevo contrato con la naturaleza.
Evidentemente, este nuevo contrato, y siguiendo a Herclito, no puede llevarnos de
vuelta al paraso perdido por nuestro pecado. Esta relacin de renovada armona con la
naturaleza no puede aparecer igual a la armona que reflejan las fotos que Silva nos
presenta de las gentes de la Amazona peruana.
Esta relacin de contrato entre humanos y naturaleza, como hemos visto, se funda en cierto
animismo en las culturas aborgenes, y en la enorme carga de /vida/ que se le otorga a los
elementos naturales, o de /animado/. Estos seres mitolgicos que construye Silva en esta
19
Vadas, Ladislao. El orgen de las creencias. Buenos Aires, El Cid Editor, 2007. Pg. 63.
nueva iconografa del hombre salvaje reflejan el ser que es uno con la naturaleza, y en
ese sentido la lectura visual de la unidad entre la figura humana y la figura animal es la
manifestacin de este aspecto que Silva (y casi todo Occidente) atribuye al pensamiento
pre-industrial o indgena. Ese es el paraso perdido, el que est soportado por una
mistificacin de los elementos, y por una antropomorfizacin de lo natural.
Para bien, o para mal la especie humana ya ha realizado ya casi todo el trayecto que
aparece en el cuadrado semitico que presentamos antes:
Recorrido que se muestra aqu como el paraso Ednico, o el paraso que nos muestra
Silva en su foto Anaconda, luego sobreviene la cada. En trminos concretos, la
humanidad dej la armona inicial (esa de las sociedades pre-industriales) y entr poco a
poco, a lo largo de los siglos en un definitivo conflicto con la naturaleza. El protocolo de
Kyoto representa la bsqueda de un nuevo contrato con la naturaleza, un nuevo equilibrio,
que permita la subsistencia de la naturaleza y de la especie humana. Lamentablemente, al
presente, el mencionado protocolo, y todos los esfuerzos de los movimientos verdes
representan simplemente el no-conflicto, pues an no se ha llegado a una clara situacin
de contrato, la tensin se sostiene. El relato de la especie humana y su relacin con la
naturaleza sigue en suspenso, un suspenso que an ha de durar varias dcadas ms, antes
de saber si nuestra historia tiene un final feliz.
BIBLIOGRAFA Y FUENTES
Conocereis de Verdad:
http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=5322. Visitado el 4 de Marzo de
2008.
Kay, Jeanne. Concepts of Nature in the Hebrew Bible En: Environmental Ethics. 10, no.
4. 1988.
MacAuley, David (Ed.). Minding Nature: The Philosophers of Ecology. Guilford Press.
New York. 1996.
Quezada Macchiavello, Oscar. Semitica Generativa. Lima, Universidad de Lima.
1991.
Schuster, Henry. Katrina 'the terrorist'. Storm hits targets identified by the FBI. CNN News.
http://www.cnn.com/2005/US/09/21/schuster.column/ . Visitado el 4 de marzo de 2008.
Vadas, Ladislao. El orgen de las creencias. Buenos Aires, El Cid Editor, 2007.